De eso, de lo otro y de aquello también. Información, investigación y difusión. BLOG VITAE.

25 de marzo de 2007

María Julia Oliván // Ojos que ven


Genuina, sensible e inteligente. Comenzó en la televisión de la mano de Jorge Lanata, después se soltó. Hoy, a los 31 años, es una de las pocas periodistas mujeres que hace periodismo testimonial y de investigación. Compromiso, honestidad y pasión por lo que hace, sus caballitos de batalla.


¿Cuál fue tu primer trabajo de periodista?
En la agencia de noticias de la universidad a los 18 años y gratis. A los 19 hice una pasantía en la agencia Noticias Argentinas que duró tres meses. Ya había renunciado al banco donde trabajaba y empecé a colaborar en los zonales del diario La Nación. Llevaba diez notas y me publicaban una o dos. Estuve cinco años como colaboradora casi fija. A los 22 y por casualidad empecé en la tele. El periodista Ernesto Tenembaum, del programa de Jorge Lanata, tomó una nota mía para la tele y entonces me mandaron de cronista. Cuando fui al canal a llevar el tape, estaba detrás de cámara con la mochila colgada y Jorge me dijo: “vení, vení presentala vos”. Y lo hice.

¿Así de una?
Si, tenía el pelo revuelto con un rodete, sin maquillaje. Me miraba en el monitor y trataba de que no se me notara despeinada. En Detrás de las noticias fue de a poquito, estuve tres años y al principio tenía una nota cada quince o veinte días. Siempre que hacía una investigación, después la presentaba en el piso en vivo.

¿Qué cosas fueron las que te ayudaron a ocupar el lugar que tenés hoy en el periodismo?

Ser honesta con lo que a mi me interesa del periodismo. Siempre me interesó lo mismo, que es la gente más débil y más desposeída. Me interesa con la cámara prendida y con la cámara apagada. El periodismo es inquietud, curiosidad y yo siempre fui honesta con eso. Aunque no hay tanto espacio para el periodismo que a mi me gusta hacer, pero tampoco cambio de camiseta por eso.

No hay tanto espacio, pero en los últimos años creció bastante.
Sí, pero no hay conductoras mujeres del periodismo que yo hago. El medio es bastante machista, es difícil encontrar una conductora que no sea de noticiero, que salga a la calle, que encare y haga denuncias. Es un espacio que cuesta y está vinculado a una cuestión de género, a las mujeres nos cuesta todo mucho más.

¿Lo viviste en carne propia?
En realidad yo no lo viví mucho. Como conté la primera oportunidad me la dio Lanata. Yo tuve oportunidades como si hubiese sido hombre. Sin salir con nadie, sin tener ninguna cuña, sin venir de la mano de nadie. Después en el día a día comprobé que el machismo es algo recurrente y hay que tener mucha personalidad y mucha seguridad en vos misma para no caerte en la mitad del camino.

Tu personalidad te ayudó para poder avanzar entonces.
Si, yo creo que uno a veces se cría con una capacidad de lucha o de supervivencia distinta a otros por una cuestión de origen y de cuanto le costaron las cosas.

¿Vos de dónde venís?
Yo nací en Monte Grande en una familia de clase media, mis viejos eran comerciantes. Siempre me enseñaron que hay que trabajar mucho para conseguir lo que uno quiere y además, que tenía que conseguirlo. Siempre fui autoexigente, cuando tenía 18 ya sabía a que edad quería trabajar en un medio nacional, cómo iba a ser, etc.

Cuándo pensás en tu presente y recordás tus comienzos a los 18. ¿Que cosas se te pasan por la cabeza? ¿pensás que vas por el camino correcto, que cumpliste lo que ansiabas, que te falta algo?
Ahora me doy cuenta que no soy tan ambiciosa como creía. En este momento estoy disfrutando mucho lo que estoy haciendo, pero creo que tengo que plantearme otros desafíos que todavía no me animo a plantearme... un proyecto propio. Se que es una etapa que se viene, pero todavía no está. Pienso que es bueno lo que me pasó, que además de mi esfuerzo tuve mucha suerte y me siento una privilegiada.

¿Cómo manejás la bronca y la impotencia con respecto a las realidades que conocés cuando hacés La Liga?
Es medio bajón la verdad, eso me tiene un poco cansada en un punto. La gente que conozco por las notas la está pasando muy mal. Me pongo mal, me indigno y cuanto más tiempo pasa más me doy cuenta que es un círculo que no se termina. Que no hay gobierno que resuelva esas cosas.

¿Más allá de tu profesión, te enganchás personalmente para ayudar a esa gente?
Sí, me engancho con algunas historias. Voy y pido resolver el problema a los funcionarios pero a mi también me cierran las puertas. Eso me bajonea, me da bronca y fuera de cámara me enojo bastante con algunos funcionarios.
A veces cuando no puedo hacer nada, escucho, pongo la oreja. Hay gente que lo necesita porque está muy sola. Hay mucha burocracia y los funcionarios no están en la gestión, están en campaña. Si la nota sale al aire todo se resuelve más fácil, si no sale no tienen rédito y no les importa.

Cuatro Cabezas le vendió el formato de La Liga al Canal 4 de España. ¿Cómo fue y cuándo viajaste para conducir Un equipo?
Trabajé cinco meses. Estuve desde julio hasta diciembre del año pasado y volví quince días en marzo. Conducimos tres conductores españoles (dos hombres y una mujer) y yo. Para mi fue una experiencia super impresionante porque el Canal 4 aceptó que yo vaya, a pesar de que son bastante cerrados para aceptar a un conductor de otro país. Además, me daba miedo de no llegar a la gente por los modismos del lenguaje y por la diferencia cultural. Pero por suerte pude trabajar sin dificultades.







¿Vas a viajar de nuevo?
Posiblemente. Ya hicimos dos temporadas y haríamos otra. Está bueno que Cuatro Cabezas me de la posibilidad de crecer.

¿Qué hace diferente a La Liga?
La Liga innova desde varios lugares. Primero, por cada minuto que sale al aire hay dos horas de grabación. Segundo, que los productores, los conductores, los guionistas, el director artístico, el productor ejecutivo, o sea, un montón de gente está pensando que vamos a decir. Está bueno que se respeten las diferentes miradas, es como un mini documental de cada tema y eso me parece de muy buena calidad.

¿De quién aprendiste más en esta profesión?
De Jorge Lanata. El es muy profundo al hablar, capaz que en el corte o en una pelea el tipo te decía algo que te dejaba una enseñanza. Una vez me dijo que lo más importante en un reportaje es escuchar. Eso me cambió la forma de laburar. Para mi es una etapa que no me olvido más, super grosa y muy mística periodísticamente.

¿Volverías a trabajar con él?
Sí claro. Igual yo creo en las etapas. Siempre le decía que el iba a ser siempre Lanata y yo al lado de él, una pichi. Renuncié a su programa para crecer y me parece que está bien lo que hice.

¿Qué significó Kaos en la ciudad para vos?
Fue importante porque era la primera vez que trabajaba en Canal 13. Fue un programa en el que tuve que empezar a sacar de mi para hacer los informes. Importaba que fuera yo la que entreviste y diga. Era divertido estar en vivo, con música, tragos. A mi me gustan más los programas en vivo, con el público ahí. La pasábamos bien y además estaba Juan Castro que era un sol. Era bueno pertenecer a ese grupo y hacer ese programa me daba orgullo. Ahí empecé a soltarme más, ahora ya soy yo totalmente. Me dejó una enorme tristeza por la muerte de Juan por supuesto, además ese año también murió mi papá.

¿Qué le criticás al periodismo?
En tele a veces importa más lo que pregunta el periodista que la respuesta y la urgencia hace que la consulta de las fuentes quede reducida a la nada con lo cual los rumores pasan a ser noticias. La obsecuencia y el miedo al gobierno. Me irrita que la gente se anime a ir tan poco profundo. Que los temas sean sólo los que marca el diario, o que nadie esté jugándose nada o muy poco por lo que dice. Eso extraño un poco de la época de Lanata.

¿Qué le aconsejás a quienes están empezando a estudiar periodismo?
Recomiendo que sean atentos, que estén informados, que lean los diarios y todo lo que llegue a sus manos y que vayan al cine, como me decían a mí. Hay que laburar mucho y con ímpetu. No hay imposibles. Mi experiencia me dice que se puede trabajar de esto, es difícil pero se puede. Muchas veces me fui llorando de La Nación porque no me daban pelota. Hay que pelearla.

María Julia indoor
Relax
Salgo a correr por los bosques. Estoy con mis amigos, con mi familia. No me gustan mucho los eventos y eso de andar boludeando por ahí. Vida tranquila. Voy mucho al cine o alquilo muchas películas.
Amistad
Me río con mis amigas de boludeces, de cómo bajar de peso, le saco el cuero a los tipos diciendo que son todos iguales, hablo mal de las chicas flacas. jajaja, como cualquier chica.
Viajes
Me quedo mucho en casa porque viajo mucho por laburo. En España también viajaba por todo el país. Además fui a Londres. Acá también hago muchos viajes. El haber estado afuera tanto tiempo me incentiva a estar más con mi familia, disfrutar Buenos Aires y estar con mis amigos.
Gastronomía
Cocino poco. Me gusta comer rico, con sabores. Que me cocinen. Disfruto mucho una buena comida con mis amigos. Tomar, tomo de todo.

Juli´s Web
Yesica Rodríguez de 20 años y Franco Villarreal de 17, son los responsables de la página http://www.mariajuliaolivan-web.ya.st/. Existe hace un año y recibe 1300 visitas diarias.
Los chicos siguen minuciosamente todos los pasos de la periodista y el crecimiento de su carrera. Además de la biografía, se puede encontrar una reseña del programa La Liga, de la versión española Un equipo, curiosidades y noticias. Algo así como: todo lo que querés saber de María Julia Oliván.
Ellos dicen que el objetivo de la página es que la gente y los fans puedan demostrarle su cariño e informarse sobre su trabajo. La quieren, la admiran y se nota. No sólo la bautizaron El Angel del Periodismo, sino que dicen de ella: “Julia para nosotros es una periodista fantástica, buena persona, humilde, sencilla y convierte en interesante cualquier tema”.

Para revista BK. noviembre-diciembre 2006